lunes, 16 de febrero de 2015

Somos más grandes de lo que creemos

Vengo observando que mejora nuestra vida cuando mejoramos nosotros, no antes. Sin embargo la mayoría de las personas desean que cambie su vida sin cambiar antes su mentalidad. Esto tiene que ver con los valores de cada uno, ya que nos enseñan a hacer lo que debemos y no lo que queremos.
Es fundamental trabajar en el interior de todos nosotros, para darnos cuenta de lo importante que son unas cosas y de lo poco importante que son otras. No es más que hacer distinciones correctas acerca de lo que nos ocurre y sobre los retos que nos debemos plantear para dar un impulso a nuestras vidas.

¿Sabes lo que quieres en la vida? ¿Sabes lo que te apasiona? ¿y lo que realmente te preocupa? El primero de los pasos es contestar a preguntas que no solemos hacernos porque nos va pasando la vida en transparencia, solo nos ocupamos de resolver el día a día de la manera que entendemos el momento.

Pero tenemos que pensar en nuestro proyecto, en qué es lo que realmente queremos hacer y queremos ser. En ese preciso instante, cada minuto de la vida se convierte en el mejor de los momentos de tu vida. Parece algo fácil y banal, pero no lo es. Lo que sí resulta es transformador, lleva más allá de lo que hasta ahora venía siendo y lo mejor, merece la pena.

En relación con esto me viene a la cabeza la historia que vivimos todos en los Juegos Olímpicos de Barcelona ´92. Dereck Redmon venía preparando su participación en los Juegos Olímpicos desde mucho tiempo antes, aunque las lesiones le habían acompañado durante buena parte de su vida. En la semifinal de los 400 metros se lesiona el tendón de la corva y preso del dolor cae al suelo.
A pesar del dolor, a pesar de las lágrimas, decidió darlo todo, se puso en pié y cojeando echó a andar. Su padre que estaba siendo un espectador más saltó al estadio a ayudar a su hijo a retirarse pero éste le dijo que quería, que necesitaba acabar la carrera. Y así, de la mano de su padre, llegó a completar una vuelta cojeando. 

Era su sueño, era su meta y era su pasión.


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Nacho y Guille

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Mi gran pasión