domingo, 7 de abril de 2013

Una semana trepidante

Pues sí, llevamos una semana sin parar un minuto. Y lo mejor de todo es que lo hemos hecho toda la familia juntos. Empezamos visitando la Ciudad de las Artes de Valencia y hemos acabado en la media maratón de Madrid, donde han sido otra vez mis fans, haciéndome sentir padre y marido orgulloso.

Estamos viviendo momentos complicados en todo el planeta, viendo como se recrudecen o se originan conflictos en muchos lugares. Estamos siendo espectadores de nuevos “corralitos” demasiado cerca de la Europa que considerábamos fuera de cualquier tensión de estas características. En nuestro país seguimos teniendo una cifra de paro, aunque esté mejorando lentamente, todavía insoportable para que el denominado Estado de Bienestar funcione para todos.

Tenemos que seguir mirando a ese futuro que nos espera como si de la meta de una media maratón se tratase, pensando en que tenemos que alcanzarla aunque en los últimos kilómetros las piernas no estén hechas de músculos y huesos, sino de hormigón armado con su hierro correspondiente, sacando fuerzas de dónde no sabemos que tenemos. Y lo mejor que en esos últimos metros están ahí, animando y dando consejo para llegar al final.

Y es que la vida misma es así, dura en momentos pero también llena de satisfacciones que nos hacen sentirnos felices. Y además en el transcurso de la misma tenemos mucha gente que nos recomienda, nos da aliento, nos reconforta, nos protege y nos ayuda en la toma de decisiones que nos son clave para nuestra existencia, sabiendo que los ejemplos corrigen mucho más que las reprimendas.

Y como muestra la historia de Walter. Walter es un pastor italiano enfermo de riñón al que por fin le ha llegado el momento del trasplante. Dice que ha mirado en su interior y ha pensado que como no tiene familia, aunque se siente muy feliz con la vida que le ha tocado, prefiere que alguien con familia sea el destinatario de ese riñón que le puede salvar la vida.


Nacho y Guille

Nacho y Guille
Mi gran pasión