viernes, 21 de diciembre de 2012

¡Feliz Navidad!

Hace justo una semana que la Asociación de Amigos de Chiloeches, a través de mi buen y gran amigo Braulio, me invitaron a dar el Pregón de Navidad en el comienzo de estas entrañables fechas. Y sin dudarlo ni un minuto dije que sí porque me parecía increíble poder anunciar el nacimiento del Niño Dios. Y ahí estuve pregonando la Navidad.

Rápidamente empezaron a rondar por mi cabeza pensamientos de cómo enfocar un pregón de Navidad. De repente empecé a pensar en la familia, esa familia que ahora se reune en torno a las mesas pero de la que nos damos cuenta que es el motor de nuestras vidas, que nos acompaña allá dónde vayamos.

Tampoco pude olvidarme de los niños que están deseosos de que vengan los Reyes Magos a traerles infinidad de juguetes, y para los que prepararán roscón y vino, y agua y pan para los camellos. Y tampoco me olvidé de los que ya no están, de esos que nos han acompañado durante mucho tiempo y de los que ahora solo tenemos recuerdos. Y tampoco me olvidé de los que pasarán la Navidad en centros hospitalarios u otro tipo de instituciones con la compañía siempre de profesionales que ya son parte de ellos.

Pero este año inevitablemente tenía que acordarme de los que más necesitan, de esos que por desgracia están sin trabajo, sin dinero, sin familia, sin alimento... pero hay esperanza, tiene que haberla. Tenemos que empezar a vivir a través de nuestros valores, reflexionando en qué hacemos y cómo lo hacemos.

Cada día debe ser tan especial como cuando de niños queríamos regresar al colegio después de vacaciones para estar con nuestros amigos, o como nos enamoramos por primera vez. Cada día deber de ser especial. No somos perfectos pero podemos trabajar día a día para ser mejores. Navidad es un buen momento para empezar.

Nacho y Guille

Nacho y Guille
Mi gran pasión