Somos luchadores

Sin duda alguna todo esto funciona con tenacidad. Si queremos dejar de fumar y estamos convencidos, lo logramos. Si queremos adelgazar y estamos convencidos, lo logramos. Pero para hacerlo tenemos que enfrentarnos a la situación, mirar a la cara a nuestros miedos y decirnos internamente: lo voy a conseguir.

Desde que nacemos estamos condicionados a los demás, a esperar que lo que hacemos, pensamos y decimos contará con la aprobación del resto. Y esto supone una barrera para nuestro desarrollo interior. Hasta que no seamos capaces de dominar esta situación, no seremos capaces de avanzar.

¿Y cómo funcionamos internamente? A través de nuestro cerebro. Todos sabemos que consta de dos partes: la izquierda es la parte analítica, calculadora, detallista, lógica y racional. La derecha es la parte del amor, de los sentimientos, de la imaginación, de los sueños. Tenemos ser capaces de elegir qué parte queremos utilizar en según qué situaciones. De esta manera vamos a conseguir dominar nuestro interior y nos proyectaremos mejor hacia lo que nos rodea.

Además en el mundo de las relaciones, incluidas las de los negocios, es fantástico conocer si nuestro interlocutor tiene dominancia de cerebro derecho o del izquierdo. Si se trata de una persona con dominancia del cerebro izquierdo debemos apelar a argumentos lógicos, mezclando cifras y datos, estadísticas, etc. Si la dominancia es de cerebro derecho debemos apelar a los sentimientos y emociones.

Por tanto debemos tener presente cómo somos y cómo queremos ser, además de cómo queremos relacionarnos con los demás. Y buscar dentro de nosotros mismos, apartar nuestros miedos y seguir adelante porque somos luchadores.