domingo, 18 de marzo de 2012

El orgullo de ser uno mismo


De lo que se trata es de elegir ser feliz en cada momento de nuestras vidas. Decidir sobre lo contrario es darnos por vencidos, de las elecciones que hagamos va a depender de que las experiencias de la vida sean más o menos interesantes, más o menos estimulantes, más o menos divertidas.

Para conseguir la meta de la felicidad tenemos que ver cuáles son las cosas y personas que crean conflictos y decidir qué esfuerzos mentales hacen falta que hacen que esas cosas y personas actúen de forma positiva hacia nosotros.

Tenemos que desprendernos de los miedos de contar con la aprobación de los demás. Nos sentimos bien cuando observamos reacciones positivas en ellos. Pero ya está, a partir de ahí debemos hacer las cosas por nosotros mismos y por los que de verdad esperan más de nosotros, es decir, nuestro círculo más cercano e íntimo. Nos tenemos que deshacer de la necesidad de la aprobación de todos.

Pensar en términos sociológicos ayuda a desenmascarar los miedos por los que atravesamos en nuestras vidas pensando en agradar a todos. En estos términos hay que saber que la regla del grupo se cumple de manera recurrente y donde podemos observar que un porcentaje estará de acuerdo con nosotros, que otro porcentaje estará en contra y que otros tantos se mostrarán indiferentes.

Así y todo lo que debes ser es ser tu mejor amigo de tal forma que te ayudará a ser mejor contigo en tus valoraciones, escogiendo tu propio camino y buscando tu propia meta, haciéndolo con los demás: “si vienes, por ejemplo a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres”.

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Nacho y Guille

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