Se nos van presentando elecciones que
debemos tomar midiendo el resultado de las mismas, con el
convencimiento de que nuestra decisión repercutirá en algún
aspecto personal. Lo que suelen provocar son miedos que nos paralizan
y nos apartan de una realidad que hemos creado a nuestro entorno.
“De las opciones que estamos
valorando a mi se me ocurren un par de ellas más”. Esto es lo
importante, que planteemos una línea paralela a la que, hasta ahora,
habíamos pensado. Después toca ordenar nuestras opciones, teniendo
cuidado en cómo lo hacemos para no mediatizar la importancia con
aquellas que estén las primeras. Y después habrá que valorar las
ventajas e inconvenientes de cada una de ellas.
Ahora toca construir un plan que nos
lleve a tomar la decisión correcta. Esto lo tenemos que hacer
nosotros solos y por nosotros mismos. En definitiva ¿qué vas a
hacer?, ¿cuál de las alternativas vas a tomar?. Una vez que estás
decidido y vas a tomar una opción, además has de acompañarte con
preguntas como ¿qué me puedo encontrar que me frene?. Además
tienes que tener muy claro con quién contar y a quién contárselo.
Esto es fundamental porque seguro que necesitas ayuda y alguna de las
que van a saberlo pueden hacerlo.
Nada es sencillo y seguro que
encontramos resistencia en nosotros mismos, pero esta es la manera de
fomentar la conciencia y la responsabilidad para actuar en cada
aspecto que se nos plantee en la vida.
Esto sí es importante: debes saber
quién eres y dónde estás en la vida. A partir de ahí, la forma en
cómo te ves y cómo ves tu vida van a determinar los éxitos que vas
a tener en la misma. No te preguntes por lo que no tienes, mira lo
que tienes y piensa en dónde estás. Date credibilidad.
En fin que nos vamos a poner manos a la
obra para vivir teniendo como límites los que nosotros mismos
nos pongamos. Piensa en tu potencial, en lo que eres y en lo que te
queda por hacer. Si crees en ello seguro que lo consigues.
¡No pospongas las cosas que puedas
hacer hoy!
No hay comentarios:
Publicar un comentario